EL MUERTO DE ATRÁS

Primero me identifiqué:
Era la ignorancia sin preguntas.
Después vino la ignorancia con preguntas:
“Mi nombre es Nacho y no sé quién soy”.
Más tarde apareció la certeza de la comparación:
“Yo no soy tú”.
Ahora regreso al principio de la preguntas
y físicamente
me sé fragmentos de nada;
pedazos de carne pegada a los huesos.
Y ahora sé que no puedo saber quién soy,
porque apenas me intuyo,
me sonrío desde atrás y desaparezco.
Y ya no me comparo para definirme,
porque no hay nadie a quién definir.
Quizá solo queda despejar el camino,
para que el muerto de atrás
no quiera seguir siendo yo.

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